Nunca fui de las personas que aprecian los desafíos. Durante mucho tiempo no logré entender de qué trataban los desafíos. Hace relativamente poco, inicié un nuevo viaje en mi existencia, un viaje interno, uno de esos viajes que en verdad te cambian, y cuando decidí emprenderlo, la vida decidió rodearme de maestros, personas maravillosas que me muestran otras formas de vivirla. Fue gracias a algunos de ellos que encontré en los retos físicos una manera de auto demostrarme que puedo lograr cosas que parecen imposibles. En diferentes momentos he admirado a las personas que hacen parada de manos. Fue luego una sesión de estiramiento con el qué tal vez ha sido mi mayor mentor (@soygustavoduque), cómo parte de un corto y provechoso fin de semana en el Peñol, en Medellín, que me decidí con determinación a que el handstand sería mi primer “challenge” de este tipo. Tengo muchas ambiciones para esta etapa de mi camino, metas tan grandes, que en ocasiones me parecen imposibles. Así mis...